¡ Os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.!!! El sociólogo polaco-británico Zygmunt Bauman en su reflexión académica sobre el postmodernismo, acuña el concepto de la “modernidad líquida” donde todo, incluso el individuo, es algo flexible y susceptible de adoptar el molde político o social que lo contiene, en lugar de sus generaciones anteriores donde valores y dogmas eran algo sólido. Una flexibilidad que reemplazó a la modernidad sólida. ¿Qué significa ser flexible? Significa que no estés comprometido con nada para siempre, sino listo para cambiar la sintonía, la mente, en cualquier momento en el que te sea requerido. Esto crea una situación líquida. Como un líquido en un vaso, en el que el más ligero empujón cambia la forma del agua” Nada es permanente ni fijo, ni siquiera el amor. Podríamos parangonar ésta flexibilidad, cual enfermedad destructiva, en términos de la Palabra de Dios, en lo dicho por Jesús en Mat 24:12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.”. Esta modernidad líquida de la sociedad y el mundo, que trae consigo la relatividad de valores y principios, la institucionalización de lo falso, la crueldad del abuso al indefenso, la legalización de la mentira, la perversión del derecho y la corrupción en general, por una parte y la resistencia de algunos al interior de la iglesia a ser renovados en su entendimiento, nos incomoda cual odres viejos en la presencia del “vino nuevo” del cual pensamos saberlo todo. En el influjo hacia lo social y sociedad, nos llenamos de prejuicios adquiridos que a veces se levantan en la vida del hombre cristiano como si fueran revelaciones dadas por Dios. Por ello, Henry Allen "Harry" Ironside advertía “Ten cuidado, no sea que confundas tus prejuicios con tus convicciones” Lo referido, nos coloca en términos de mediocridad (ni fríos, ni calientes, Apo 3:15) a la hora de plantear alternativas efectivas genuinamente cristianas y evangélicas, además de bíblicas y que respondan a la necesidad de un nuevo horizonte y esperanza, para un mundo que más allá de su modernidad líquida, es sufriente. Implícita está, la verdad que conlleva para el mundo, la consecuente desideologización de un sentido común adormecido en la incredulidad ¿Demasiado Crítico? Entiendo que hay una gran dificultad justo en este momento presente, al pretender escrutar y hacer un análisis de lo social y a su vez hablar de la iglesia y su praxis de vida. Sin querer ser pesimista, no podemos dejar de percibir que algo anda mal. La realidad (no la verdad) es que el evangelio no está impactando nuestra sociedad como debiera. No hay la suficiente incidencia social. Pretender echar culpas a otros y descansar en pensamientos que responsabilizan a los gobiernos de turno o a una sociedad secularizada, o simplemente a la dureza de corazón de los impíos, me parece que caeríamos en un pensamiento simplista, por así llamarlo. No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. En referencia a lo anterior, aplico mi método de raciocinio a cualquier (no solo a algunas) ideología, filosofías y huecas sutilezas según la tradición de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo. Por qué entonces esperamos que gobiernos de maldad en el mundo hagan lo bueno?. Por qué rasgarse la ropa cual sentimiento de vergüenza, furia, tristeza profunda o algún otra emoción intensa que experimentamos porque el impío comete impiedad.? ¿Puede el árbol malo acaso, dar fruto bueno? Mt. 12:33 Como Evangélicos, hemos sufrido las consecuencias de un pobre esfuerzo en la evangelización por parte de la iglesia. ¿Por qué sufrimos consecuencias? “Más vale prevenir que lamentar” es un refrán que advierte que siempre es preferible tomar las precauciones necesarias para evitar una situación desagradable o indeseable, que vivirla. En este sentido, es un dicho popular que gira en torno a la idea de la prevención. En esa línea de pensamiento, hablando de ideología de género, movimiento LGBTI, movimientos abortistas y otros por aparecer en su propia liquidez, estamos seguros que cualquier acción social de prevención en términos generales, es nada comparada con el efecto transformador de la Palabra vivificada por el Espíritu Santo en el corazón del hombre que nace de nuevo. Por ello, la mejor prevención de cualquier brote de lo que a la luz del evangelio es perversión social siempre será... el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. ¡Salgamos a evangelizar! Sembrar para el Espíritu es sembrar vida. Sembrar para la carne es corrupción. (Gál. 6:8) La soberanía de Dios es intransferible, está verdad absoluta es menospreciada por los autoproclamados “custodios” de Dios con la consecuente lista de acciones y crímenes en contra del amor perpetrados en el nombre de Dios, como en defensa de la causa de Dios. “Mete tu espada en la vaina” (Jn. 18;11). Es la orden de Jesucristo. Nosotros no tenemos que salvar a Dios. Dios no necesita vengadores anónimos. Aparentemente, cuando los códigos de honor, ética y lealtad se pisotean, surgen las supersticiones y nadie confía en Jesús para su salvación y en el hermano o prójimo para amar. Por otra parte, la evangelización, más allá de su pobre esfuerzo, ha estado centrada en lo personal. Si bien la salvación es personal, el discipulado ha descuidado el concepto de la Ekklesia, tanto que por momentos surgirían pensamientos de duda sobre la soberanía de Dios y la promesa de Jesús…“y las puertas del hades no prevalecerán contra ella”. (Mat. 16:18) Si queremos extender el Evangelio en la sociedad y/o comunidad de la que somos parte, en vez de comenzar con actividades propias de evangelismo, sería mucho mejor dedicar más atención a la praxis de vida cristiana y a la unidad de la iglesia, que a no dudarlo afecta espiritualmente a la unidad de la nación toda. (Mat. 12:25) No hemos entendido pareciera, el concepto del Reino. Somos individualistas y rechazamos toda figura de autoridad y representación, que no sea la nuestra propia, por no querer someternos a “papas y jerarquías”. Aunque sí que somos buenos al momento de predicar de autoridad espiritual, buscando el sometimiento de otros. Defendemos nuestras posiciones y ghettos llenos de estereotipos y tratamientos sesgados de la iglesia, su unidad, lo institucional y de la vida en comunidad. Debemos dejar en principio, de perpetuar las luchas intestinales a modo de “guerra santa” sobre doctrinas periféricas. En todo ello, ni luz ni sal. El supremo YO que acusa y acosa, cual Diótrefes modernos, almas anárquicas para quienes no hay más que el YO, sin sometimiento a otro magisterio, debería volverse a la Palabra leyendo a Pablo en 2Co 10:7 “Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo” De la visión de ANDEB señalada en el art. 8º de su Estatuto, consideramos el vivir la unidad en la diversidad, siendo gestores y modelos de reconciliación. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 2Co 5:18-19. La falta de adecuada respuesta o una actitud agresiva, siempre serán partidistas a un sistema de pensamiento y a sus prejuicios, no procedentes jamás de un auténtico amor a la verdad. Ese ministerio de reconciliación por tanto, nos impele a mostrar su significado mediante una manera reconciliada y reconciliadora de vivir. Esa, en mi humilde opinión, será a ultranza la voz profética que debemos hacer escuchar. ¡ Os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.!!! //Artículo Publicado en el boletin oficial de ANDEB (Asociación Nacional de Evangélicos de Bolivia) en su primera públicación trimestral 2018. Si desea puede desacargar la versión en PDF abajo. ![]()
3 Comentarios
Isaías
20/2/2018 12:04:12
Excelente Artículo, nos ilustra sobra la realidad de la Iglesia en Bolivia, y sobre la necesidad de evangelizar, ya no podemos seguir con una mentalidad de conformismo, debemos salir y cumplir la Gran comisión como Dios manda en su palabra. Ser Luz al Mundo.
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Teresa
26/2/2018 10:27:09
Que buen punto de vista sobre nuestra situación como Iglesia... mucho por hacer... Felicidades!
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Reiky
28/1/2019 03:15:20
Que buen artículo mi Apóstol, el cual nos ilustra sobre la realidad (modernidad líquida) que se está viviendo en la sociedad y tristemente en muchas congregaciones cristianas. Con mayor razón los Hijos de Dios debemos manifestar el Señorío de Jesucristo por la Palabra con un Evangelio de PODER y AMOR, de esa manera se producirá un evagenlismo efectivo y transformador guiado por el Espíritu Santo y respaldado por las señales que se menciona en Marcos 16:17—18.
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Ap. Dr. Jorge A. Chávez Safady
El Apóstol y Doctor en Psicología Jorge A. Chávez Safady, es el fundador y Presidente de los Ministerios "El Verbo de Dios" en Bolivia y Brasil. Archivos
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